martes, 17 de julio de 2012

La "locura" de la adolescencia

La adolescencia así como cada una de nuestras etapas en la vida tiene sus bellezas, sus ventajas, sus descubrimientos y maravillas, esta precisamente es una etapa entre la niñez y el ser adulto por la cual todos nosotros como seres humanos debemos pasar...

Queramos o no, tenemos que enfrentarnos a esta etapa, que junto a ella trae cambios en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestro espíritu.

¡¡Todo ese descontrol en nuestras hormonas!!  muchos creen encontrar el amor único y puro en esa etapa, algunos descubrimos cosas no tan buenas como los vicios del tabaco o el licor, casi siempre guiados por otros que están igual o peor de desorientados que nosotros, o bien que ya pasaron por esa etapa y por mala naturaleza desean "iniciar" a alguien más en lo que sería la transición a su edad adulta.

Hay momentos de la adolescencia que quizás nos traigan sonrías al rostro, travesuras, picardías y aventuras, vuelven a pasar por la pantalla grande de nuestro cerebro y nuestros ojos casi pueden re vivir esos momentos delante nuestro.

Sin embargo, si lo meditamos por un momento, quizás encontremos que fue en esa época en donde tal vez por ignorancia, por inocencia o por falta de cuidado y guía de los adultos, que también creamos malos hábitos, descubrimos vicios, cometimos acciones que no nos enorgullecen del todo o definitivamente nos avergüenzan. Esa época para muchos significo el inicio de una carrera en la delincuencia  en pequeña o mayor escala, fue el inicio de años desperdiciados en las malas amistades, malas actitudes y quizás en las calles.

Una buena cantidad de seres humanos, varones y hembras encontraron el final de su vida, ahí en donde parecía que realmente empezaba.

Leo en las noticias electrónicas de CNN que tres adolescentes fueron arrestados en Estados Unidos de Norte América,  porque golpearon hasta causarle la muerte a un señor de 62 años, un migrante que en ese momento y lugar (un callejón) , recogía latas para poder reunir algunos centavos extra. Los jóvenes grabaron el acto, por eso se puede saber que no solo lo golpearon hasta matarlo, le robaron y todo esto mientras se reían.

Si el ataque tenía o no motivos racistas, no se sabe aun. Pero fueran los que fueran los motivos, es algo que deja en que pensar, que choca, que no logramos asimilar del todo, aquí en Centro América hay muchos casos igual de salvajes o aun peores, con adolescentes que  no solo asesinan, también descuartizan, violan, masacran por defender la bandera de la pandilla a la que pertenecen.

Así que... No es nada nuevo, los jóvenes son explosivos, inquietos, tienen mucha energía y son fácilmente manipulables y pueden ser adoctrinados con facilidad, aun cuando la causa sea la más absurda y maligna, ellos pueden llegar a creer que hay justificación y hasta encontrarlo bueno y divertido .

El caso de estos jóvenes y su ataque al anciano que recogía latas, me entristece e indigna como a la mayoría supongo que lo haría, me recuerda en parte a una escena de la película "La Naranja Mecánica".

La cual ya en otras ocasiones ha servido como "inspiración" para otras acciones de este tipo, y es que en esta escena que les digo, un grupo de jóvenes, los protagonistas del film rodean y atacan a un indigente, lo golpean hasta matarlo, muchos jóvenes capturados en la vida real por hacer cosas similares en diferentes países, confesaron después que en parte fueron inspirados por la película.





Naranja Mecánica o no,  cuando somos adolescentes somos moldeables, para bien o para mal, si en el hogar hay carencia de atención, disciplina, respeto y sabiduría, un joven fácilmente puede ser hoy un estudiante inofensivo, y mañana mismo encontrase tras las rejas, prófugo o muerto por haber hecho algo que ni se nos pasaba por lamente que fuera capaz de hacer.

Cuando yo tenía 17 años aproximadamente, tenía un grupo de amigos, los cuales tenían por costumbre salir en busca de algún borrachito al cual lastimar, esto era sobre todo cuando estaban borrachos ellos también, asechaban en lugares oscuros y poco transitados a espera de la víctima, yo también participe de ello, pues por alguna razón, que ahora no logro comprender del todo, nos parecía entretenido y divertido, yo pude decirles que NO, pero pudo más la presión de grupo, es increíble la fuerza que eso tiene, sobre todo en alguien con baja autoestima, que a toda costa buscaba encajar para no sufrir más rechazo en sí mismo.

En una ocasión golpeamos tan fuerte a un señor, que lo enviamos al hospital, luego nos enteramos que era tan pobre, que alguien tuvo que salir a pedir dinero por él, para cubrir los gastos de las vendas y medicamentos,  casi lo matamos...

Yo me sentí mal, muy mal, pero no podía decir la verdad, no encontré como, hablar significaba no solo ponerme en problemas a mí, también al resto del grupo, sería un traidor, así que como un cobarde me quede callado.

Tiempo después por esas circunstancias de la vida inexplicables, yo pare sin trabajo, casi sin amigos, sin donde vivir, alguien me consiguió un pequeño cuarto barato en donde poder estar, mi vecino no podía ser otro que aquel hombre al que casi había matado meses atrás, jamás me reconoció, ni siquiera sospecho creo..., yo solo puedo decir que para mi hasta el día de hoy fue el propio Dios quien me dio una lección que no aprendí en mi hogar con mis padres u otro familiar, mucho menos con los amigos, ni ahí, ni en otros lugares con otros grupos, y es que la vida da vueltas, tarde o temprano vamos a enfrentarnos cara a cara con las consecuencias de nuestras acciones, hacer daño a alguien solo por el simple deseo de hacerlo, es de las peores cosas que puedes llegar a realizar en la vida.

Ese mismo hombre, que también dormía en un catre como yo, en el cuarto junto al mío, que apenas tenía para comer, su almuerzo era casi siempre un aguacate, o algunos chiltepes con tortillas, agua pura para terminar de bajarlos al estomago... Ese mismo hombre al que casi mato a patadas sin razón alguna más que por pura diversión loca y  estúpida, varias veces me regalo de lo poco que tenia para comer al darse cuenta de que yo pasaba hambre.

Me sentí una basura, y aunque es verdad que mis días como delincuente y el de pertenecer a grupos cada vez más violentos apenas iniciaba, me prometí a mí mismo, intentar por todos los medios de no hacerle daño al indefenso e inocente, tratar de no hacer daño sin razón, y menos solo por diversión, falle varias veces debo confesar, bajo los efectos del alcohol o de las drogas, y aun peor de la soberbia, falte a mi promesa...

Pero la mayor parte del tiempo la mantuve, ahí dentro de mí, y no podría decir cuántas veces eso sirvió para salvar a alguien, a otros desconocidos que pudieron ser víctimas de otros miembros de la pandilla, a veces a riesgo de parecer débil o demasiado blando afectando mi liderazgo en el grupo, aun con eso venia a mi mente que aprovecharse del débil y vulnerable es lo peor que puedes sembrar en tu vida.

Ojala todos esos valores se me hubieran inyectado mucho antes y más firmemente, con el ejemplo, con amor y sabiduría, eso desearía hoy, para no haber hecho tanto daño, porque aunque sé que en el fondo procuraba no pasarme, sembré mucho mal, no solo con acciones también con ideologías, perdiendo a muchos otros jóvenes.

La adolescencia es una etapa en la que es necesario que hayan padres y madres pendientes de las necesidades de sus hijos, que se preocupen por sus problemas y aflicciones, por muy tontas o sin importancia que parezcan, es necesario hablarles constantemente, tratar de predicarles con el ejemplo de vida, inculcarle la justica la honradez, el temor a Dios es algo bien importante, cosas que quizás no nos son fáciles de hacer, pero que son el contra peso, para evitar que nuestros hijos e hijas caigan presa de malos consejeros, de la calle, de las pandillas, de cualquier grupo que tenga ideologías quizás no tan perversas como una mara o pandilla, pero que desorientaran a los jóvenes de poder crecer y llegar a cumplir metas en sus vidas.

Si de verdad usted ama a sus hijos, haga un esfuerzo, no sea que un día se arrepienta, enséñeles a respetar a sus mayores, a no hacer daño al débil, ni a ser aprovechados, y si puede haga esto no solo con sus hijos, si no con los de los demás, que quizás algunos no tendrán a alguno de sus padres o a ninguno de los dos, algunos están completamente solos o es como se sienten, y necesitan un consejero, gánese la confianza, a veces será necesario doblegarse un poco, dar el brazo a torcer y no ser tan rígido, otras veces tendrá que ser firme, abra su mente y su corazón, porque la juventud nos necesita.

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