jueves, 10 de abril de 2014

Atacadas en el INCA

“Las hermanas Karla Daniela y Nancy Paola Oscal Pérez, quienes fueron baleadas ayer jueves (3 de Abril del 2014), cuando se dirigían a su centro de estudios, tenían relación con integrantes de la pandilla 18, dijo este viernes el presidente Otto Pérez Molina.” PresaLibre.com

Instituto Normal para Señoritas Centroamérica.

 El INCA siempre ha sido de los institutos más mencionados, cuando estudie en la zona 1 a principio de los 90´s lo mentaban bastante, junto al Belén, el Comercio, el Central, el Aqueche, bueno… Todos esos… Los mas “famocitos”…

Yo estudie mis básicos en el no menos célebre (para bien o para mal) Colegio Parroquial Católico para Varones Monseñor Mateo Perro CMP e Instituto Americano en Ciencias de Computación IACC, recuerdo sentirme poderoso al pronunciar todo el nombre de memoria, aaahhh  así es uno de wiro.

Yo tenía entre 13 y 14 años, pero recuerdo bien que eso de las rivalidades ya tenía rato, en ese entonces no le atinaba quien era contra quien exactamente, y aun hoy creo que no le atinaría, ya que a veces como que se aliaban unos con otros, pero me acuerdo perfectamente que si de algo lo aconsejaban a uno en ese entonces, era que siendo del Mateo Perrone, debías cuidarte de la mara del Central, no sé si alguna vez pregunte porque, pero cuando veía esas chumpas rojas por allí, pensaba lo peor, cierta ves esperaba yo mi “burra” como se le llama a los autobuses públicos aquí, parado en la esquina de la Tipografía Nacional cuando de repente y quien sabe de dónde, apareció una marea de chavos, con palos, tubos y sabe Dios que mas, eran del Central y creo que también habían del Aqueche, y yo allí parado, ni me atreví a moverme, seguro era tan patojo que ni me pararon bola, (gracias a Dios), esa vez no se agarraron con los del colegio, pero la vi cerca. Otra vez estando frente al Belén, no corrí con tanta suerte, por andar detrás de una patoja, llegaron los del central y me robaron el reloj, lo bueno es que nunca me dieron una mi pateada, quizás les daba lástima, en ese entonces creo que no inspiraba más que eso, yo no podría representar algún peligro.

En fin, en los últimos meses cuando he salido y he pasado por Zona 1, he tenido la oportunidad de ver a manaditas de patojos, corriendo de un lado para otro en busca de bronca seguramente, siempre me pregunto ¿a donde están los padres?, pero imagino que muchos estarán trabajando luchando por ganar el dinero con el que pagaran colegiaturas, útiles, pasajes, etc. De esos sus hijos, que mienten y engañan al decir que andan estudiando, cuando en realidad andan perdiendo el tiempo, haciendo daño y arriesgando ser víctimas de otros grupos que andan en las mismas.

De por sí, todo esto ya es problema, pero ahora se suma el hecho de que las pandillas juveniles han sembrado semillas en muchos de estos establecimientos, yo regrese al Mateo Perrone años después de la época que les cuento  y fue allí donde reclutamos en su momento a muchos jóvenes que querían formar parte de la clika a la que pertenecíamos, igualmente ya habían otros dieciochos estudiando allí y se fueron sumando mas poco a poco, podría decir que al día de hoy, aun es esa pandilla la que domina en ese Colegio.

Mi esposa estudio en el INCA, ella dice que antes habían patojas locas, pero no al nivel de ahora, y es que la violencia y la perdición en general cada vez están peor.

Las hermanas Oscal Perez al parecer ya estaban involucradas con pandilleros, no se podría asegurar desde cuando, al  momento que salió la noticia no se conocía esta relación pandilleril, y la gran mayoría de personas se sintieron y se compadecieron de ellas, tiempo después falleció una de ellas, Karla Daniela de 17 años y salieron a las luz fotografías encontradas en sus perfiles en Facebook, en donde hacían las difícilmente confundibles señas de la pandilla 18st, entonces mucha gente las condeno, ya que se conoció que el ataque llego como represaría por haberse quedado con dinero de alguna extorción. Yo comprendo y acepto de que lo más seguro es que fuera por esa razón, y de que cada acción trae una reacción, lo que hacemos y las decisiones que tomamos traerá consecuencias buenas o malas, según el caso.


Yo no podría asegurar ni que tan buenas patojas fueron, ni que tan malas, no las conocí, pero he conocido a otros y a otras, además cuando uno en verdad se ha metido de lleno a una pandilla sobre todo en estos tiempos, lo deja todo por un lado, familia, hogar, estudio, lo abandona todo  por seguir al barrio.

Creo que eran novatas, de esas muchas jovencitas que se dejan apantallar, creen que acercarse a un pandillero consumado y comprometerse con ellos es un juego, o por lo menos no tienen una idea real de las consecuencias, cualquier adulto con algo de sentido común, sabe que un niño es manipulable, las hermanas Oscal, queramos o no, eran niñas al momento de involucrarse, ¿hasta qué punto coaccionaron con los pandilleros? No lo sabemos, pero es seguro que no tenían mucho tiempo en eso, quizás tuvieron influencias de algún familiar, o se enamoraron del que no era, podrían ser muchos factores.

Una madre a perdido a una hija, a otra la tiene con la vida en un hilo, ya a esas alturas los reproches están de más, propios y ajenos, como casi siempre, al pueblo le es más fácil señalar con el dedo y condenar sin misericordia, aun así algunos se expresaron con respeto hacia la familia de estas muchachitas, personalmente me duele en el alma saber que aun hay cientos o quizás miles de jóvenes expuestos, vulnerables y fácilmente manipulables para ingresar a una pandilla, todo empieza con una amistad y la relación se va desarrollando, hasta crear un compromiso y un vinculo difícil de deshacer, estos jóvenes y jovencitas que se sienten atraídos por el mundo de las pandillas, ni se imaginan a donde pueden llegar a parar, es preocupante ver como las filas de las llamadas maras siguen creciendo a pesar de tantos que ya están muertos.


¿Sabe usted donde están sus hijos a esta hora? ¿Con quién se juntan y que hacen?


Cuidémosles, y si tenemos la oportunidad de ayudar a uno que no sea hijo nuestro, hagámoslo, pensemos que todos fuimos jóvenes una vez y necesitamos alguien que nos aconsejara, sin juzgar, solo que nos prestara atención, quizás así logremos como mínimo que se forme un pandillero o una pandillera menos en el mundo.

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