domingo, 6 de septiembre de 2015

Ebrio de poder




Aunque no me considero experto en la materia política, es claro que a lo largo de toda la historia, ha sido necesario contar con organización, liderazgo, guías que nos ayuden a mantener un sistema de leyes y estatutos, grupos de gente que sobre salgan del resto para tomar un liderazgo y tomar las decisiones que se deban tomar, cuando sea necesario, esto trae orden y seguridad al resto de individuos que conforman una sociedad.

Por lo anterior, el individualismo, la anarquía, y demás son cosas que quedaron atrás, por lo cual es ley que existan poderes en un estado, reino, nación u otro en donde ciertos personajes manejen los intereses del resto.

No obstante, siendo estos individuos, personas, con los mismos defectos que los demás, e incluso en demasiadas ocasiones salen siendo peores, llega la hora en que el poder los embriaga y corrompe a tal punto que vienen a ser desconocidos por el resto, que es incapaz de concebir como estos líderes pueden estar tan envueltos en la ambición, orgullo y ego, que no ven más allá de sus propios intereses, por lo que saquean la nación, despojan al necesitado de lo básico para subsistir dignamente, roban al que menos tiene y dañan en general a todos sus conciudadanos.

Hay quienes, han adquirido poder y riqueza de otras formas, pero tarde o temprano se dan cuenta que la política es un lugar en donde pueden ambicionar a más, pues los recursos son ilimitados, se codearan con otras esferas y su poder aumentara considerablemente, por esa razón, algunos se harán públicos y entraran a la contienda, queriendo afianzarse de algún cargo público, otros serán financiadores de otras personas para que estos al llegar a un puesto importante les deban favores, y así siempre la consigna es GANAR, GANAR Y GANAR.



Es bastante raro, que alguien llegue al círculo político sin ningún interés personal, creo y se ha demostrado que muchos llegan con buenas intenciones, pero en el camino se pierden. Entonces, las intenciones no bastan, el papel todo lo aguanta, las palabras se las lleva el viento, son dichos que se cumplen más de lo que desearíamos en la política.

Todo esto viene, a lo que ha acontecido en Guatemala durante ya hace un tiempo, y sobre todo en este año 2015, llegamos al punto donde los eventos que se dieron, llevaron al pueblo a tomar las calles indignados por lo descarado del robo, tráfico de influencias y abuso de poder de las autoridades. Hay que decir que hay intereses en medio de todo, de más arriba, ocultos, pero aun así, no se puede quitar el merito al pueblo de Guatemala por creer en sí mismos, y se lograron muchas cosas.

Pero aun nos falta; Hoy mismo, Domingo 06 de septiembre de 2015, en estos momentos, miles de Guatemaltecos están votando, a lo largo de todo el país, con la esperanza de poder escoger quizás no al candidato perfecto, pero a alguien que sea consciente que su responsabilidad y deberes son para con la nación, que está formada de la gente que la habita, el pueblo quien los eligió para gobernar.

Y entonces, no es la última batalla, pero si una muy importante, pelear contra ese dragón rojo, que está a las puertas, esta ebrio de poder, pues ha demostrado que está dispuesto a quebrantar todas las leyes para llegar al trono. Ataca, miente, manipula, soborna, inventa, roba, copia, amenaza, agrede, y tantas cosas más, con tal de lograr el objetivo, invirtiendo millones no en educación, empleo o salud, ¡NO!, su meta es seguir tragando poder, llenarse y engordar a costas del país, sabe Dios qué cosas tiene en mente él y sus secuaces, pero nuestro deber es pelear contra ese dragón y derrotarlo.